SUPERANDO LAS INERCIAS DE LA MENTE

En todo trabajo de superación personal y ante esa necesidad que tenemos de manejar adecuadamente la energía con nuestro pensamiento, siempre hay un obstáculo principal, algo que nos cuesta más a todos que cualquier otra cosa y es:

¿Cómo superar las inercias?
¿Cómo cambiar hábitos, comportamientos o emociones profundamente arraigadas y que ya no nos valen?.

A todos nos ha pasado alguna vez que tras plantearnos seriamente algo, hemos caído a los pocos días en lo mismo de siempre que queríamos dejar atrás. El problema añadido está en las sensaciones de derrota, reproche y debilidad que esto nos produce, lo que agrava aún más el conflicto que podamos tener.

Por eso lo primero que debemos hacer es no juzgarnos, ser pacientes y comprender que las grandes victorias suelen estar precedidas de muchos intentos frustrados, esfuerzos y fracasos.

Lo importante es que tú quieres llegar y si mantienes esa voluntad, esa conciencia, ese deseo a pesar de las dificultades, es seguro que llegarás, que podrás conseguirlo; tan solo debes tener fe en ti mismo, paciencia y voluntad.

No obstante, si comprendemos cual es el mecanismo energético de toda inercia, podremos controlar con más facilidad el proceso y por eso quiero explicarlo, ya que el cambiar patrones y hábitos establecidos, es una de las cosas más importantes, necesarias y a la vez difíciles en todo proceso de crecimiento personal.


EL BOSQUE DE LA MENTE

Cuando nacemos nuestra mente es un bosque totalmente virgen en el que se va grabando todas las emociones, impresiones y pensamientos que lo que nos sucede va produciendo en nosotros.

Todos estos recuerdos que se van grabando son como pequeños senderos que se abren en el bosque de las neuronas y cuando algo se repite una y otra vez, el sendero se hace camino e incluso autopista.

Por estos "grandes caminos" tendemos a tirar casi sin darnos cuenta por esa tendencia a la automatización, como forma de ahorrar energía que hay en la Naturaleza.

Y a todos nos ha pasado alguna vez que si en nuestro recorrido por la ciudad, pasamos por algún camino muy habitual en nosotros, es posible que sin darnos cuenta tomemos ese camino tan frecuente y terminemos en el trabajo en lugar del cine donde pretendíamos ir.

De la misma manera, ante hechos nuevos en nuestra vida, la tendencia natural es la de coger automáticamente los grandes caminos que a lo largo de los años hemos forjado en nuestra mente.

Esto es sobre todo cierto en el amor y en todo lo afectivo, ya que las experiencias de la infancia y la familia, han dejado arraigadas autopistas emocionales en el bosque de nuestra mente; grandes vías en las que nos internamos sin darnos cuenta, de una forma automática.

CAMBIAR ESTAS INERCIAS supone ABRIR NUEVOS CAMINOS EN EL BOSQUE DE LA MENTE, que sustituyan a los que ya no nos interesan.

Debemos comprender que en nosotros y nuestra mente, que en nuestra vida en general hay siempre infinitas posibilidad que van más allá de las rutinas e inercias con las que nos limitamos.

También que,como dice el viejo proverbio taoísta, la mejor forma de combatir el Mal no es enfrentándose a él, no es luchando contra él sino fomentando el Bien opuesto y complementario.

Estas son las principales claves a la hora de enfrentarse a inercias negativas que pretendemos cambiar:

1.- No identificarse con la inercia, comprender que tú eres mucho más grande que esa pauta de conducta que quieres dejar atrás, comprender que por el simple hecho de haber identificado el problema y querer superarlo, ya estás generando una energía que tarde o temprano te hará librarte de lo que quieres dejar atrás.

2.- No luchar directamente contra esa inercia que quieres cambiar sino fomentar la virtud o cualidad opuesta y que la complementa.

Con un ejemplo lo comprenderemos mejor:

Imaginar que yo he identificado que soy celoso y posesivo, con todos los conflictos que eso me ocasiona, a mí y a mi pareja.

La forma de superar esa inercia es identificándose totalmente con la cualidad opuesta y no es machacarse diciéndose continuamente lo celoso y negativo que soy, sino visualizarte con un corazón grande, abierto y tolerante que ama desde la luz y la libertad.

Construir una imagen mental clara y nítida de lo que quieres ser y viéndote actuar en lo cotidiano desde esos principios, es lo mejor y más poderoso que podemos hacer para cambiar algo sin grandes conflictos.

Debemos ser comprensivos con nosotros mismos y la propia naturaleza porque al principio, nuestros nuevos hábitos que queremos fomentar, serán solo pequeños senderos en el bosque en comparación con las viejas autovías que se forjaron año tras año.

No importa, ya crecerán estimulados con nuestra paciencia y voluntad.

Por eso no debemos enojarnos porque sin quererlo nos veamos alguna que otra vez recorriendo los viejos caminos en vez de los nuevos, como nos gustaría hacer.

No pasa nada, no es ningún fracaso sino algo natural. Tan solo necesitamos ser pacientes y continuar a pesar de las dificultades.

Al igual que cuando estás meditando y te das cuenta de que te has distraído, vuelves a concentrarte en la respiración o en lo que sea el objeto de tu meditación; de la misma forma, cuando te ves en el viejo camino, sales de él para volver al nuevo que estás forjando, sin darle mayor importancia al hecho.

Esta es la mejor técnica que podéis utilizar pero las técnicas no son nada sino están acompañadas de la actitud adecuada y la mejor actitud es siempre la del amor, la de amarte y aceptarte, la de nunca juzgarte sino de verte siempre con optimismo y esperanza.

Cuando te sientas mal por comportamientos tuyos que te hacen daño o dañan a los demás, por favor no te juzgues, no caigas en el reproche o la recriminación porque ese sentimiento dará más energía justamente a lo que quieres superar.

Vive siempre tu vida y la vida con optimismo y con amor, amándote siempre tal y como eres porque hoy, querido amig@, eres lo mejor que has podido ser y tu mayor grandeza es precisamente ese impulso interior que te anima siempre a mejorar, crecer y superarte...

Que eso tan hermoso que tienes nunca te agobie porque como dice el viejo proverbio samurai:

La Montaña de la Perfección es una cima inaccesible que vamos escalando día a día