“Fue en el jardín de un Manicomio que conocí a un joven de rostro pálido, hermoso y lleno de encanto.
Sentándome a su lado sobre el banco le pregunté:
-¿Por qué estás aquí ?- Me miró asombrado y respondió:
-Es una pregunta inadecuada, sin embargo, contestaré: Mi padre quiso hacer de mí una reproducción de sí mismo; también mi tío. Mi madre deseaba que fuera la imagen de su ilustre padre. Mi hermana mostraba a su esposo navegante como el ejemplo perfecto a seguir. Mi hermano pensaba que debía ser como él, un excelente atleta. Mis profesores, como el doctor de filosofía, el de música y el de lógica, ellos también fueron terminantes, y cada uno quiso que fuera el reflejo de sus propios rostros en un espejo. Por eso vine a este lugar. Lo encontré más sano. Al menos puedo ser "yo mismo”.
Esta es una metáfora del poeta hindú Kahlil Gibrán, relativa a la identidad, que nos ayudará a introducirnos en el pensamiento del Dr. Brad Blanton, un psicoterapeuta, capacitador y escritor, conocido por su libro “Honestidad Radical: Cómo transformar tu vida diciendo la verdad”.
El autor reconoce en las bases de su significativa educación, el haber sido activista en los movimientos por los derechos civiles y contra la guerra, y haber recorrido Norte América y Canadá en un viejo autobús escolar, fieramente centrado en dos propósitos: el auto-descubrimiento y la honestidad. Se dice de él que desarrolló una perspectiva única acerca de la naturaleza humana y cuenta hoy con una experiencia que lo coloca entre los grandes pensadores de su generación.
¿Y cuál sería el núcleo de su pensamiento centrado en la honestidad? Pues él cree, y enseña, que la causa primaria del estrés, la depresión y la angustia es “vivir una historia y mentir para sostenerla”. Y todos sus libros se refieren a “cómo la gente normal se convierte en miserable ocultándose, guardando secretos y viviendo en el interior de sus mentes, juzgándose a sí mismos y a los demás”.
¿Alguien podría rebatir este juicio? Pues sí, porque es un juicio y como tal le pertenece y lo revela a quién lo emite, con su particular visión del mundo...¡a menos que antes escuchemos sus fundamentos y los consideremos válidos (ya que los juicios nunca pueden ser verdaderos)!
El libro de Blanton trata acerca de cómo lograr la libertad, considerando que “el evitar mostrar a los otros cómo nos sentimos o qué pensamos nos mantiene encerrados en la cárcel. Mientras más tiempo permanezcamos en esa cárcel, más rápida es nuestra declinación, nuestro ocaso. Y cuando estamos en la cárcel, encerrados, tenemos dos posibilidades: huir de la cárcel o morir. La salida es aprender a decir la verdad” para poder ser nosotros mismos, como nuestro personaje del cuento.
Pero claro, como dice nuestro autor, salir de esa cárcel no es fácil, porque es el recurso que aprendimos para mitigar el sufrimiento que se alimenta del recuerdo de cómo sufrimos en el pasado. En efecto, cuando éramos niños, “aprendimos que estar totalmente vivos era algo malo, y fuimos castigados por ello”. Así, como resultado de nuestra conducta adaptativa, “bajamos nuestra intensidad, nos amortiguamos, en parte como defensa frente a los mayores y en parte para fastidiarles. Así, el andar medio muertos fue nuestra forma de ocultar que estábamos vivos en formas impropias, y la única forma de hacerlo era mantenerlo en secreto.”
¿Y qué tendríamos que aprender para modificar esta conducta tempranamente aprendida? Tal vez, como propone Blanton, “dejar de exigir incesantemente que los demás sean diferentes de cómo son, perdonar a nuestros padres y a otras personas con las que nos relacionamos en el pasado y a quienes guardamos algún rencor, hacer nuestro el poder para lograr que nuestra vida sea satisfactoria y hacernos responsables por lograrlo”, entendiendo por “hacerse responsable”, dejar de culpar a las circunstancias externas, a las demás personas o al pasado por la situación de nuestra propia vida. Lo cual significará un viaje al pasado que, en un primer momento, aumentará aún más nuestro sufrimiento presente, trayendo a la superficie el sufrimiento anteriormente evitado, para luego conducirnos más allá, hacia una vida realmente "anormal". El enfrentar lo que uno ha anteriormente evitado, dice Blanton, “nos lleva a intensas emociones y luego a expandirnos hacia una creatividad desbordante. Esa creatividad desbordante es la fuente del poder para reformular nuestras vidas”.
¿Y el resultado de tan original viaje? Una experiencia de bienestar, de sentirse completo, de sentirse entero, tras el cual el aprendizaje adquirido implicará que seamos capaces de “soltar las exigencias de que el mundo -incluido el que exige– sea diferente de cómo es ahora” y de tener confianza en nuestra capacidad para responder honorablemente a los desafíos que la vida nos presente, de manera consciente, comprometidos con nuestra verdad, el honor y la dignidad, utilizando los retos para llegar al fondo de nuestra humanidad.
La vida es lo que hagamos con ella, y como dijo Benedetto Vatchi , “no es ninguna deshonra no saber; la deshonra es no querer aprender”.
Lic. Clara Braghiroli