Esta semana, el protagonista de nuestra historia es el Sol, y por dos razones básicas: La primera es que es el Regente del signo de Leo, que acabamos de comenzar. Y la segunda es por el Eclipse Solar del Martes 21 de Julio de 2009, que, al parecer, es el más largo del Siglo.
Un Eclipse Solar nos lleva a la Humildad para nuestras Energías Masculinas. Estas Energías, las masculinas nos suelen llevar, a menudo a la soberbia y al ego personal, y con frecuencia nos aleja de la sublime y necesaria humildad, que muchos más sencillo es para las Energías Femeninas.Se dice, frecuentemente, que los Eclipses Solares traen muchas desgracias y desastres, incluso naturales.
Pero, en realidad, cuando se da un Eclipse Solar, lo que sucede es que el resultado de la positiva o negativa utilización de lo masculino, se materializa en la Tierra. Y si durante el perído anterior al Eclipse se han entregado, por la humanidad, a la Tierra amor y regalos, ésto es lo que recibiremos, y si lo que hemos aportado, desde nuestra masculinidad, es soberbia, codicia, odio, guerra, desde nuestro poder masculino, esto es lo que recibiremos, en directo, en el Eclipse Solar. Pues el Sol es nuestra Consciencia Divina.
De la misma forma que el Sol es el Padre del Sistema Solar, el corazón, para los
Seres humanos, el Sol significará la Luz Divina, la Consciencia Divina, y se relaciona con el corazón de los seres vivos. Nuestro Corazón Humano, es Solar, es decir, está preparado, desde la Divinidad, para ser LUZ PURA Y DIVINA, en todos sus ámbitos. Por otro lado, este ECLIPSE DE SOL, nos prepara e insiste, rotundamente, en que abandonemos nuestros egos, para que subamos el nivel de vibración de cada uno de nosotros olvidando el yo y sustituirlo por el y sintiendo que las circunstancias cotidianas de la vida no son sino un teatro, una máscara y que el verdadero SER es el SER DIVINO que habita en nuestros corazones.
Dejemos el orgullo, la soberbia, la tristeza, y subamos a nuestra divina categoría amamantando la luz solar y las esencias maravillosas de esta maravillosa, privilegiadamente, nos ha tocado vivir. Ponernos de parte del ego, de la soberbia o del orgullo, supone chocar contra muros de piedra, mientras que si sentimos nuestra divina luz, si sentimos nuestra Divina esencia, si sentimos que somos “hijos del Sol”, la felicidad será plena, y la ascensión inundará nuestras vidas, con tanta alegría como dulzura.
Bienvenidos a la LUZ con la que damos a luz.