DEPRESIÓN

La depresión, como el ruido y la polución electromagnética, es una de las amenazas invisibles de nuestro tiempo. Para muchos ES la enfermedad de nuestra época. Es antigua en el tiempo, ya Hipócrates hablaba de ella, pero en la actualidad tiene mucha incidencia el incremento de la expectativa de vida, y el pasaje de cuanto se vivepor como se vive.
Esto puede comprenderse si pensamos que una vez que se siente resuelto el problema de la longevidad (hoy es muy factible llegar a viejo), se piensa que no tiene sentido vivir una vida que no sea plena de entusiasmo, alegría, placer…, es decir una vida que no sea plena de felicidad.
Entre los acontecimientos más comunes que desencadenan un episodio depresivo se encuentra: las pérdida de un ser querido; un fracaso escolar o laboral; el rechazo de un ser querido; una enfermedad orgánica; etc.. Todos estos acontecimientos, pueden ser transitados como un episodio depresivo (depresión reactiva) o instalarse como una depresión prolongada en el tiempo.

Ambas situaciones tienen un tema en común: La creencia por parte de la persona deprimida de que por sí misma no puede aliviar su sufrimiento, resolver sus problemas o actuar de forma gratificante.
Es fundamental reflexionar acerca de la importancia que tiene en el desarrollo de la depresión, no solo el tema de la longevidad sino otros males profundos de nuestra época. Nos referimos al malestar, a la desmotivación, el desgano. No desconocer que quizás puedan ser provocados por la sobreestimulación, la saturación informativa, la incitación irresponsable al consumo, las crecientes dificultades para lograr una posición estable en la vida, la no aceptación de verdades vitales como la vejez y la muerte.

La depresión es el síntoma (la fiebre) de males profundos en nuestra forma de vida.

Distintos tipos de depresión:

  • Duelo luctuoso: Aparece por la preocupación por la pérdida de la persona amada. Siente el vacío que le rodea, en la realidad “El / Ella” ya no está.
  • Depresión: Sentimientos de pérdida, culpa y baja autoestima. El vacío es sentido dentro de sí mismo.
  • Depresión bipolar: Compuesta por episodios periódicos, alternados o no. Comportamiento inestable.
  • Trastorno disfórico pre-menstrual. Producida por cambios neurohormonales.
  • Depresión del obsesivo: Cuando “pierde el control”. Excesivo sentido de la responsabilidad.
  • Depresión post-parto: Producida por cambios hormonales y causas exógenas (abrumada por exceso de trabajo-adaptación).
  • Depresión por presión social: Por tratar de cumplir con cánones de éxito o belleza que puede llevar a la anorexia.
La depresión no tiene edad determinada, puede presentarse a cualquier edad, incluso en la infancia, sin embargo, en general se manifiesta más entre los 30 y 50 años,

Indicios que permitan pensar en una depresión juvenil o infantil:

  • Trastornos de la actividad motriz
  • Retraso psicomotriz
  • Alteraciones esfinterianas.
  • Terrores nocturnos
  • Agresividad
  • Autolesiones
  • Conducta bizarra
  • Refugio en las drogas
  • Conducta antisocial
  • Trastornos de alimentación
  • Miedo a estar solo o separado de sus progenitores.
También es necesario prestar atención a la depresión de la vejez. Al perder la capacidad productiva, surgen sentimientos de incapacidad, frustración y de rutina. Se pierde la capacidad de desarrollar nuevos proyectos. Cuando la depresión está instalada se la suele confundir con seudo-demencias, de ahí la importancia de un buen diagnóstico.
Por último y considerando que corresponde solo al profesional médico o psicólogo el diagnosticar, y con el único objetivo, detectar indicadores que permitan identificar los síntomas, presentamos la siguiente lista.

  • Un concepto negativo sobre sí mismo, que se refleja en constantes y repetidos sentimientos de culpa, inutilidad y desprecio. Disminución de la autoestima.
  • Un deseo de huir y permanecer alejado del demás, unido en ocasiones a un deseo contradictorio de atención y aprecio por parte de las personas de su entorno.
  • Pensamientos de muerte/suicidio. Sentimiento de desesperanza.
  • Dificultades en la concentración.
  • Pérdida de sueño, de apetito y de deseo sexual. En ocasiones la tendencia es la contraria: hipersomnia, en lugar de insomnio.
  • Cambios en el nivel de actividad, desde abulia hasta niveles de gran excitación nerviosa.
  • Fatiga o pérdida de energía cotidiana.
  • Una hiper irritabilidad que se manifiesta, a veces, en agresividad sobre los demás.
  • En ocasiones, abuso de la ingestión de alcohol, tabaco o drogas.
  • Cuadros de bulimia y anorexia.
  • Ansiedad que se refleja en distintas formas: dolor de cabeza, de estómago, taquicardias, etc.
La depresión tiene remedio, se. puede encontrar el camino adecuado para superarla.