CELTAS Y DRUIDAS

Quienes son los celtas?

Se denomina Celtas a quienes hablan lengua celta ( irlandés, el gaélico escocés, el gaélico manés, el galés, el córnico y el bretón, así como todas aquellas lenguas muertas de esta familia que en un tiempo se hablaron en Europa) pueblos y tribus de la Europa Central y Occidental que compartían unas características culturales similares: creencias religiosas, estructura social, estilos artísticos, sistemas de producción, etc

El nombre que utilizaban para designarse a sí mismos era *gal- o *kel- de alli que los los romanos los llamaron galos

A finales del Antiguo Imperio Romano, los celtas tan sólo ocupaban partes del noroeste de Francia, Irlanda, Gales y algunas zonas de Escocia. Durante el transcurso de la Edad Media, reforzaron su control de Escocia e hicieron varios intentos de ampliar su territorio en Inglaterra.

Desde el siglo IV a. C. los celtas continentales inauguran la cultura de La Tène, específicamente celta (Hierro-II). En esta fase, los celtas acabaron de ocupar el norte y centro de Francia (la Galia), el norte de Italia, así como la mayor parte de las islas británicas. También se extendieron por los Balcanes, alcanzando incluso una comarca de Asia Menor, que será conocida como Galatia. 

En esta época se construyen importantes villas fortificadas (lat. oppidum; pl. "oppida"), que sirven de centros comerciales y políticos. Es también en este período cuando el druidismo, descendiente de los antiguos cultos megalíticos de Gran Bretaña e Irlanda, se introduce entre los celtas de las islas, pasando posteriormente al continente.


Dos siglos antes de Cristo los celtas sufren la creciente presión militar de los germanos por el norte y, algo después, la de los romanos por el sur. En pocas décadas toda la Galia está ocupada por los romanos. La presencia romana en Gran Bretaña fue de escasa duración, lo que permitió a las lenguas celtas de esta isla (galés) sobrevivir y, más tarde, regresar al continente (Bretaña francesa).

Todavía en el siglo VII d. C. los celtas llevaron a cabo su quizá última expansión: los escotos irlandeses invadieron Caledonia, región que pasó a ser llamada Escocia.

Entre los restos arqueológicos celtas destacan los castros y los petroglifos, que se encuentran con frecuencia en el noroeste de la Península Ibérica.

Los pueblos y cultura célticas tuvieron una fuerte presencia, documentada por Plinio y otras fuentes, como el Leabhar Ghabhála Érenn, en el noroeste de la Península, en lo que es hoy la actual Galicia, el norte de Portugal, y la parte occidental de Asturias y León, asimilándose a la cultura castreña preexistente.

En la actualidad para llegar a esta conclusión, el equipo de estudiosos de Oxford, liderados por el profesor Brian Skyes, ha tomado muestras de ADN a más de 10.000 personas en el Reino Unido e Irlanda, en aras de elaborar un completo mapa genético.

Se ha analizado la composición del cromosoma 'Y', el sexual de los varones, que se hereda del padre. Resulta que todos los británicos proceden de uno de seis diferentes grupos, siendo el más antiguo y extendido el celta. Hasta tal punto que la mayoría de los habitantes del Reino Unido (tanto en Escocia, Gales e Irlanda como en otras áreas) serían descendientes, muy remotos, de celtas ibéricos. Los análisis de ADN han revelado que las huellas dactilares de los celtas son prácticamente idénticas a las de los habitantes del norte de España.

De acuerdo con este mapa, es en Irlanda, Escocia y Gales, donde se registra una mayor influencia celta, tanto cultural como morfológicamente.

RELIGION

El culto estaba a cargo de los "druidas", sacerdotes que a la vez eran los educadores de la juventud. 

No hay registros escritos por los propios druidas y la única evidencia de la que se dispone son descripciones breves realizadas por los griegos, romanos y varios autores y artistas dispersos, así como también algunas historias creadas posteriormente, en el Medioevo. 

Se tiene evidencia arqueológica relativa a las prácticas religiosas en la Edad del Hierro, aunque “ningún artefacto o imagen desenterrado se ha podido asociar indudablemente con los antiguos druidas”.Varios temas recurrentes sobre los druidas se presentan en un gran número de registros greco-romanos, incluyendo los sacrificios humanos, su creencia en la reencarnación y su alto estatus social en los pueblos galos. Nada se sabe aun sobre sus prácticas de culto, excepto por el ritual del roble y el muérdago. 
 
La referencia más antigua de la que se tiene conocimiento data del 200 a.C., aunque la descripción fehaciente más antigua proviene de Julio César en su escrito Comentarios sobre la guerra de las Galias (50 a.C.). Escritores grecorromanos posteriores también describieron a los druidas, incluyendo a Cicerón Tácito y Plinio el Viejo. T

Tras la invasión de la Galia por el Imperio romano, el druidismo fue proscrito por el gobierno romano bajo el mandato de los emperadores Tiberio y Claudio en el siglo I d.C. y acabaría desapareciendo de los registros escritos alrededor del siglo II. Alrededor del año 750 la palabra “druida” aparece en un poema del monje irlandés Blathmac, quien escribió sobre Jesús diciendo que el fue “...mejor que un profeta, con más conocimientos que cualquier druida, un rey que fue obispo y un completo sabio

Los druidas también son mencionados en varios cuentos medievales de la Irlanda cristiana tales como donde se les retrata ampliamente como hechiceros que se oponían a la llegada del Cristianismo. En el despertar del Renacimiento céltico en los siglos XVIII y XIX, grupos fraternales y neopaganos se fundaron basándo en ideas sobre los antiguos druidas en un movimiento que es conocido como neodruidismo.