EL VIAJE A IXTLAN - Viajes de Don Juan


El viaje a Ixtlán

Extractos de "Viaje a Ixtlán"
 (Traducción de Juan Tovar)

Hacerse responsable

Cuando un hombre decide hacer algo, debe ir hasta el fin, pero debe aceptar responsabilidad por lo que hace. Haga lo que haga, primero debe saber por qué lo hace, y luego seguir adelante con sus acciones sin tener dudas ni remordimientos acerca de ellas.


Todo cuanto hago es mi decisión y mi responsabilidad. La cosa más simple que haga, llevarte a caminar al desierto, por ejemplo, puede muy bien significar mi muerte. La muerte me acecha. Por eso no tengo lugar para dudas ni remordimientos. Si tengo que morir como resultado de sacarte a caminar, entonces debo morir.

Tú, en cambio, te sientes inmortal, y las decisiones de un inmortal pueden cancelarse o lamentarse o dudarse. En un mundo donde la muerte es el cazador, no hay tiempo para lamentos ni dudas, amigo mío. Sólo hay tiempo para decisiones.

Hacernos responsables de nuestras decisiones significa estar dispuestos a morir por ellas.

No importa cuál sea la decisión. Nada podría ser más ni menos serio que ninguna otra cosa. ¿No ves? En un mundo donde la muerte es el cazador no hay decisiones grandes ni pequeñas. Sólo hay decisiones que hacemos a la vista de nuestra muerte inevitable.



Volverse cazador

Mientras caminábamos, don Juan me explicó que hallar un sitio "benéfico" o "enemigo" era una importante necesidad para un hombre en el desierto.

Don Juan me describió la técnica, cuyo perfeccionamiento llevaba años; consistía en forzar gradualmente a los ojos a ver por separado la misma imagen. La carencia de conversión en la imagen involucraba una percepción doble del mundo; esta doble percepción, según don Juan, daba a uno la oportunidad de evaluar cambios en el entorno, que los ojos eran por lo común incapaces de percibir.